Isafjordur, Bjarnarfjordur, Laugarhöll, Holmavik, Vatnsnes y Blonduos... 12 de agosto de 2009
Isafjördur amaneció bastante nublado. Desayunamos muy temprano, pusimos gasolina y pasamos por el Museo Marítimo, formado por varias casas históricas, la más antigua de 1761. Como todos los museos marítimos expone un montón de cachibaches y barcos, pero como estaba cerrado seguimos nuestro camino rumbo a Sudavik, uno de los pocos pueblos que se pueden encontrar viajando por los fiordos. Estuvimos unas cuantas horas en la carretera, bordeando los fiordos por el litoral para luego atravesar las montañas entre la niebla, la lluvia y el frio.
Esta región está bastante deshabitada y el paisaje en la cima es desolador. Sólo encontramos una especie de cabaña metálica de color naranja que imaginamos serviría de refugio en caso de nevada o mal tiempo. Llegamos a Bjarnafjördur buscando el pueblo de Laugarhöll en el que, según nuestra guía, había un campo geotermal con pozas de agua caliente donde podíamos bañarnos.
Casi llegando a Djupavik nos dimos la vuelta hasta llegar al hotel. Preguntamos por las pozas y nos dijeron que ese era el lugar, pero sólo había una poza antigua, convertida en patrimonio por lo que no podiamos usarla y el agua termal estaba canalizada a una piscina que no nos hacía nada de gracia. En el lugar también habían dos casas de turba que formaban parte del museo de la brujería de Holmavik y decidimos seguir hasta esta ciudad y visitar allí el museo.
Holmavik es una ciudad pequeña y tranquila que se dedica a la pesca y su único interés es el museo de la brujería. Por 700 kr por persona hicimos la visita con una audioguía en inglés, la misma entrada sirve para los museos de Laugar donde habíamos estado antes. Es un museo interesante que cuenta la historia de la brujería en Islandia desde el siglo XVII hasta la llegada del luteranismo, cuyo centro principal estuvo ubicado en los Fiordos del Oeste gracias al aislamiento de la región. En las salas del museo se muestran pieles o papeles con símbolos mágicos dibujados, pequeños libros con fórmulas secretas y toda clase de objetos relacionados con la brujería, pero lo más impactante es el Nabrokarstafur o necropants, una especie de pantalones hechos con la piel de las piernas de un cadáver, incluidos los órganos sexuales.
El brujo debía llevarlos puestos con autorización del difunto y se colocaba en el escroto una moneda robada a una viuda, lo que le daba la mágica posibilidad de que cayeran constantemente monedas desde este lugar. El museo también expone como una reliquia sagrada, una piedra que según estudios científicos tiene rastros de sangre humana y debe haber servido para preparar pócimas mágicas.Pusimos gasolina y después de una hora atravesando montañas nevadas abandonamos los fiordos y entramos en la región norte. Llegamos a Stadarskall y tomamos la Ring road hacia la península de Vatnsnes. Justo a la entrada de la península hay un cartel informativo y un sitio de descanso que elegimos para hacer un café y merendar algo de lo que llevábamos, además de hacerme una foto con la familia de piedra que vive en el lugar.
Pasamos por Hvamnstangi buscando la playa donde se pueden avistar las focas. Unas señales en la carretera indican donde encontrarlas, asi que paramos en el primer lugar y caminamos por la playa un rato pero sólo vimos pájaros. Volvimos a parar en Illugastadir, donde están construyendo un camping, y seguimos el sendero que llevaba a la playa desde donde se podían ver las focas tomando el sol en un islote cercano. Después de una media hora de sesión de fotos tumbados en las rocas continuamos por la carretera entre caballos y ovejas hacia Hvitserkur, una playa de arenas negras donde queríamos ver una formación rocosa de 15 metros de altura, que según la leyenda es un troll paralizado por los rayos del sol del amanecer cuando intentaba destruir el monasterio cristiano de Thingeyrar. Hay que aparcar el coche y andar un ratillo hasta el mirador desde donde se hacen unas fotos preciosas del lugar y bajar entre las rocas del acantilado hasta la playa para caminar por la arena, si la marea esta baja, hacia el troll que más que troll parece un elefante. En esta roca anidan muchísimos pájaros y habíamos leido que eran un poco asesinos porque se lanzaban a picar en la cabeza, pero estos eran muy tranquilos, quizás en época de anidación vigilan más el nido y no les gustan las visitas.
Volvimos a la Ring road camino de Blönduós donde pasaríamos la noche. Llegamos al camping y esta vez encontramos a una chica responsable que nos cobró la estancia, 1200 kr los dos con lavadoras y secadoras incluidas en el precio, esto nos hizo felices pues ya no nos quedaba mucha ropa limpia. El camping era muy grande y diferente de los que habíamos estado gratis. Había zona para caravanas, área de juegos, de picnic y hasta una tienda de souvenirs, se notaba que habíamos llegado a la civilización. Montamos la tienda y aprovechamos para lavar mientras nos duchamos y cenamos. Nos fuimos a dormir cerca de las 12 cuando terminó el ciclo de la secadora.
Hola Miguel y Nivia,
ResponderEliminarEstamos a una semana y media de marcharnos a Islandia, y vuestro blog nos esta resultado la mar de útil.
Una duda nos ronda en la cabeza: los fiordos del oeste. Mucha gente se los salta debido a las grandes distancias a recorrer, pero vosotros estuvisteis por alli. ¿Se os hizo muy pesado esos dias? ¿Fue interesante? Nosotros tenemos alojamiento reservado en Ísafjörður para una noche. La noche anterior estamos en Hvammstangi y la siguiente en Borganes. Ya sabemos que son muchos kilometros, y nuestro temor es tirarnos todo el dia en la carretera.
Saludos
Hola David y Neus:
ResponderEliminarMe alegro que el blog les haya sido útil aunque lo he dejado incompleto por falta de tiempo. Nuestro viaje fue en sentido contrario al que lo hace la mayoría, asi que los fiordos del oeste nos pillaron descansados y con ganas. La conducción es dificil si encuentras niebla o la carretera está sin asfaltar, por lo que no se puede ir rápido y los km que se podrían hacer en una hora se convierten en 4 horas. Nosotros los hicimos en 3 días con calma y repetiriamos. Los paisajes son increíbles y yo no me perdería: Latrabjarg para ver frailecillos y Dynjandi donde está la cascada de cola de caballo que preside este blog. Espero que tengan buen viaje y buen tiempo.